Con 3 años de edad hacía pataletas porque prefería jugar con la cámara de fotos de mi madre a que me hicieran fotos a mí. Con 7, disparé mi primer carrete con una réflex (con unos resultados poco afortunados).

 

Después de unos cuantos carretes más, me compré mi primera cámara digital. Fue mi compañera de aprendizaje y experimentos y con la que descubrí mi amor a la fotografía.

En el año 2011, después de un breve paso por Bellas Artes, decidí hacer de ese amor algo más que un hobbie, y empecé Comunicación Audiovisual en la Universidad de Granada. Cuando me gradué, hice el Máster en Postproducción Digital en la Universidad Politécnica de Valencia, y al terminarlo empecé a trabajar como retocadora fotográfica en una empresa de producto promocional, y más tarde como encargada de todo lo relacionado con la fotografía de los productos y publicitaria en una tienda online de muebles y decoración.

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No quería quedarme con las ganas de emprender por mi cuenta y también me lancé al mundo de la fotografía social, sobre todo de eventos e infantil. Pero el destino quiso que se unieran varias de mis grandes pasiones: el mundo audiovisual, viajar y el arte. Me uní a un proyecto muy bonito, primero como fotógrafa de monumentos de toda España y luego también como productora audiovisual de experiencias VR grabadas en 360º usando drones, así como de vídeos promocionales de distinta naturaleza.